tarta cara de cerdita

Me llama mi sobrino Pablo el viernes:

- Tita, que estoy pensando encargarte una tarta para una matanza que me han invitado y quiero llevar algo de postre, ¿como lo ves?. la matanza es mañana, y quiero llegar temprano para ayudar.

y yo, (que estoy en el trabajo, y no se a que hora voy a salir), -que tienes pensado.

y el - no se, un cerdo o algo así.

y yo - no se Pablico, dejame pensarlo y te digo algo vale?

A partir de ese momento, no existe el cierre contable para mi, y ya solo pienso, " en cuanto llegue, pongo el bizcocho, a hacer, y voy pensando que hago, y a las malas, como mañana no trabajo, pues ya terminare cuando sea, porque al "chiquillo", le hace ilusión, y ha pensado en mi, y como no lo voy a hacer y,... y,... .Total, que saldo del trabajo y le pongo un mensaje: "trato hecho, ¿para cuantos?

y me contesta, - te llamo cuando llegue a casa-

En resumidas, que de camino a casa ya le voy dando vueltas, en cuanto llego preparo un bizcocho, y lo meto en el horno para que se vaya haciendo mientras como, enciendo el ordenador para mirar ideas a ver que puedo hacer para que se quede hecha esa misma tarde. Me llama y me dice que unos cincuenta o así, pero que no hace falta que sea tan grande, que la cosa es la gracia, y probarla. Respiro, y quedamos en hablar para ver a que hora vendrá a recogerla. Total, que viene a las 9,30 de la noche que estoy terminando de recoger y cuando veo la cara que pone al ver la tarta...... que queréis que os diga, ..... merece la pena hacer cualquier cosa para para que se vaya tan contento con su tarta, encantando, le gusto un montón, y espero que la disfrutaran- Además, conociéndolo como lo conozco, con lo chuleta que es seguro que se paso el día presumiendo de tarta que había llevado, y de su tía que se la había hecho.

y yo tan contenta que estoy desde entonces.

y el resultado ya veis, una cosa muy sencilla, pero que quedo graciosa.